Barcelona y Atlético de Madrid regalaron el "partido del año": 4-4 electrizante con Julián Álvarez como figura y un empate agónico
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Cuando se enfrentan uno de los mejores equipos del mundo contra uno de los más orgullosos e inteligentes, la probabilidad más grande es que salga un partidazo. Y el que jugaron Barcelona y Atlético de Madrid en Cataluña por la ida de la semifinal de la Copa del Rey puede ser uno de los candidatos a juego más apasionante del año: empataron 4-4 en un duelo que tuvo, entre muchas cosas, a un Julián Álvarez encendido, más una igualdad agónica para los comandados por Diego Pablo Simeone.
El Barcelona del alemán Hansi Flick es posiblemente el mejor equipo de fútbol del mundo. Real Madrid, Liverpool y tal vez Inter de Milán son los que le puedan debatir el primer puesto. Pero esta temporada el Barça ha recuperado el brillo que tuvo por última vez con Luis Enrique como entrenador, la temporada de Messi-Suárez-Neymar (2014-2017). "El entrenador es la máxima fortaleza del equipo porque tiene la capacidad de transmitirles a los jugadores el estilo de juego que propone", lo elogió Simeone en la previa a la ida de la semifinal de la Copa del Rey. Y el trámite del primer chico le dio la razón al Cholo: los locales se encontraron con dos goles de desventaja a los 5 minutos de iniciado el duelo y antes de que culmine la etapa inicial ya lo había dado vuelta a puro fútbol.
Así como Barcelona puede ser el mejor de todos, el Atlético del Cholo probablemente sea el más incómodo, el que ninguno se quiera enfrentar. Y en cinco minutos el Colchonero mostró todo su poderío. A los 47 segundos Julián Álvarez puso el 1-0 con un toque a la red ingresando por el segundo palo. El Araña vive un momento de ensueño: anotó su gol 20 en 39 duelos en el conjunto de Madrid. Pero el cordobés no se queda solo con los festejos: a los cinco minutos recuperó en mitad de cancha y asistió a Antoine Griezmann para el 2-0 y para dejar en silencio al Olímpico Lluís Companys de Montjuic.
En el momento del 2-0, el Cholo miró al cielo y dejó escapar una sonrisa; Flick, en tanto, revoleó una campera de la bronca. Y desde entonces, todo fue de los locales. Juega bien Barcelona y tiene una notable agresividad para recuperar la pelota en campo rival. Es verdaderamente asfixiante lo que propone el técnico alemán. El ex Racing Juan Musso le atajó un mano a mano a Ferrán Torres, pero nada pudo hacer en la definición de Pedri, quien estando bien es de los mejores volantes del mundo. La igualdad llegó a los 20 minutos con un cabezazo de Pau Cubarsí y antes del final el otro zaguero, Iñigo Martínez, también de cabeza, puso el 3-2 luego de una floja reacción de Musso.
El complemento comenzó con menos intensidad hasta que ingresó Robert Lewandowski y el local se enchufó. A los 28 minutos, el polaco tocó a la red después de una jugada del crack de Lamine Yamal.
El 4-2 se ajustaba a lo que había sido el trámite del duelo porque lo de Barcelona fue notable. Pero cometió un error Flick: siguió yendo por más. El alemán hizo cambios para aumentar y no para conservar la ventaja. Simeone puso toda la carne al asador. Y le salió bien al Cholo: Llorente descontó y el ingresado Alexander Sorloth puso el 4-4 en el segundo minuto de adición.
Todo quedó abierto, entonces, y la serie se definirá el 2 de abril en Madrid. Y seguramente sea otro partidazo.
Clarin